Iniciarse en una disciplina artística como la Pintura es siempre una buena idea a cualquier edad. Además de pasar un rato entretenidos, ejercitamos varias destrezas útiles para mantenernos en forma, como la motricidad fina, la memoria y la concentración, a la vez que dejamos a un lado el estrés y nos sentimos más felices. Por ello, os proponemos 10 cuadros de diversos estilos pictóricos como inspiración para el Día de la Madre más artístico.
En El Retrato de Lizette, Tamara de Lempicka representa a una de sus hijas, Lizette en 1924. La pintora, especialista en el retrato Art Decó, expresa aquí su particular estilo, inspirado en las Primeras Vanguardias con un predominio de líneas duras y formas sólidas con importantes influencias cubistas.
Las Dos Fridas (1939) es uno de los cuadros más famosos de Frida Khalo. Es un autorretrato de Arte Naif donde la pintora se representa a si misma después de una larga estancia en Europa en sus dos versiones, la mejicana con su colorida vestimenta y la europea con un clásico vestido victoriano, haciendo referencia a la herencia de Frida, de padre alemán y madre mejicana.
Beatrix Potter es una famosa ilustradora modernista de principios del siglo XX destacada por su interés en la democratización del arte sin sacrificar por ello su esencia artesanal. Se inspira en la naturaleza y con un estilo muy personal incorpora elementos cotidianos propios de la industrialización, como en su célebre obra The Tailor Mouse.
Madre e Hija Leyendo (1913) es un homenaje que la pintora impresionista Mary Cassat hace a su madre, una mujer culta, gran lectora y que le inculcó su pasión por los libros y el arte. La obra representa una delicada Escena de Género caracterizada por interpretar escenas de la vida privada de las mujeres dando protagonismo a los sentimientos de cariño y ternura con sus hijos.
Mujer y Niño en el Jardín es un buen ejemplo del estilo de la genial retratista impresionista Berthe Morisot. Sus suaves pinceladas, muy delicadas, transmiten alegría y sosiego con un uso magistral del color en un tranquilo escenario al aire libre.
Autorretrato con Caballete es la representación que la pintora manierista Sofonisba Anguissola hace de sí misma en un tono suave y tierno que refleja su fuerte devoción católica. Una obra con matices subjetivos donde los rasgos de la Virgen y el Niño son idénticos a los de sus hermanas.
Georgia O´Keeffe es considerada la madre del modernismo estadounidense. Una de sus obras más significativas, Sunrise, es una excelente acuarela donde la artista expresa su estilo más personal con una interpretación única y original de su visión del amanecer.
Élisabeth Vigée- Lebrun es considerada la pintora francesa más conocida del S.XVII. En el Retrato de Caroline Murat con su Hija Letizia, la artista representa a la hermana menor y sobrina de Napoleón en una escena agradable y refinada con un exquisito tratamiento de la luz y el color en un estilo suave y delicado.
Helen Frankenthaler es una de las más importantes representantes del Expresionismo Abstracto en Pintura, una corriente caracterizada por la preferencia de los grandes formatos, cromatismo limitado a los colores primarios y una fuerte presencia de lo psicológico en sus temáticas. Así, en su obra Mountains and Sea, la genial pintora demuestra una visión espontánea de las montañas y el mar donde además utiliza el lienzo sin preparar y diluye mucho el óleo hasta parecer una acuarela.
Hemos elegido también The Lion at Home de la pintora francesa Rosa Bonheur por su sensibilidad. La artista del Realismo especializada en retratos de animales refleja en su obra una excelente captación simple de la realidad, una escena repleta de ternura sin tener que idealizarla.
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